martes, 27 de noviembre de 2007

El Estado y la sociedad civil en los conflictos ambientales




25-11-07, Por Joan Martínez Alier *

Las emisiones de dióxido de carbono por los humanos están creciendo al 3 por ciento anual, por tanto, serán el doble en poco más de veinte años cuando deberían bajar a la mitad de las actuales para no causar mayores cambios climáticos. Los países del Sur, sin haber contribuido apenas a las emisiones de dióxido de carbono en comparación a los países ricos, se perjudicarán con el cambio climático .



Las emisiones de dióxido de carbono por los humanos están creciendo al 3 por ciento anual, por tanto, serán el doble en poco más de veinte años cuando deberían bajar a la mitad de las actuales para que no aumente su concentración en la atmósfera causando mayores cambios climáticos. Mientras los Estados se reúnen y discuten el tema, y algunos apoyan tímidas medidas como las establecidas en el Protocolo de Kyoto de 1997, la sociedad civil de los países del Sur casi no está actuando en este tema. Ciertamente, hay protestas que se expresan en reclamos de la deuda ecológica por emisiones de carbono. Se insiste en Bangladesh que la subida del nivel del mar por el calentamiento global desplazará a muchas gente, mientras que en los Andes y en el Himalaya se señala el perjuicio que supondrá para la conservación y circulación del agua el que se derritan los glaciares. Sin haber contribuido apenas a las emisiones de dióxido de carbono en comparación a los países ricos, esos territorios y muchos otros se perjudicarán con el cambio climático. Esto es una gran injusticia ambiental. Los Estados de países pobres deberían reclamar. Pero no la hacen, y la sociedad civil se calla.

En Ecuador hay un cierto debate sobre el tema del cambio climático, por primera vez, gracias a la propuesta de Alberto Acosta desde el gobierno y de ecologistas de la sociedad civil, de dejar en el suelo el petróleo del Yasuní. Si en el asunto del cambio climático, ni los Estados ni la sociedad civil hacen mucho, en cambio, en muchísimos otros temas ambientales las protestas de la sociedad civil y lo que se ha llamado el ecologismo popular, han llevado la voz cantante.

Tendencias del ecologismo

En el ecologismo hay diversas corrientes. Hay en Estados Unidos una tendencia llamada "ecología profunda", que se preocupa solamente de la naturaleza. Por ejemplo, luchaban y luchan contra represas en cañones hermosos que iban a ser inundados por las represas. Incluso alguno dijo que se dejaría morir allí. Me parece bien, me parece admirable. Luchaban solamente por la naturaleza, no por las personas. En Brasil hay en cambio el movimiento popular que se llama atingidos por barragens, es decir, los afectados por represas. En la India, hay una lucha (ya casi perdida) contra una famosa represa en el río Narmada, y allí la gente protesta en defensa del río, pero también en defensa de la gente. Porque si completan esta represa, 40 mil ó 50 mil personas se tienen que ir de allí. La líder se llama Medha Patkar, ella no piensa sólo en la naturaleza, piensa también en la gente pobre. Son grupos indígenas que necesitan su territorio para vivir, porque si se van de allí, se van a morir de hambre. Lo mismo ocurre con los desplazados por las minas o represas en Orissa u otros estados de la India.

El Norte consume tanto, los ricos del mundo consumen tanto, que las fronteras de extracción de mercancías o materias primas están llegando a los últimos confines. Por ejemplo la frontera del petróleo ha llegado hasta Alaska y la Amazonía. Pero en todos los lugares del mundo hay resistencia popular e indígena contra el avance de las actividades extractivas de las empresas multinacionales que suelen ser apoyadas por los Estados.

Estas resistencias parecen ir contra el curso de la historia contemporánea, que es el constante triunfo del capitalismo, el crecimiento del metabolismo económico en términos de materiales, energía, agua que se introduce en el sistema para salir luego como residuos. Las comunidades se defienden. Muchas veces las mujeres están delante en esas luchas. Por ejemplo, vemos muchos casos de defensa de los manglares contra la industria camaronera de exportación. Lo mismo ocurre en la minería. Las comunidades se defienden apelando a los derechos territoriales indígenas bajo el convenio 169 de la OIT como en junio del 2005 en Sipakapa en Guatemala, u organizan consultas populares o referendums exitosos como en Tambogrande (Perú) o en Esquel en la Argentina contra la minería de oro a cielo abierto.

Hay también casos históricos de resistencia antes de que se usara la palabra ecologismo. Por ejemplo, en la minería de cobre en Ashio en Japón hace cien años con el líder Tanaka Shozo o en Huelva en Andalucía contra la contaminación causada por la empresa Rio Tinto que culminó en la matanza, a cargo del ejército el 4 de febrero del 1888. Ese podría ser el Día del Ecologismo Popular, el 4 de febrero. Crece la memoria de tales sucesos, que nunca se perdió.

En países con algún grado de democracia, puede reclamarse ante los tribunales locales, y poco a poco crece la posibilidad de apelar a la justicia de otros estados. Así, en el Ecuador, los perjudicados por los destrozos causados por la Texaco han intentado desde 1993 entablar un juicio en Estados Unidos bajo la legislación llamada ATCA (Alien Torts Claims Act), una ley que permite a extranjeros reclamar el pago de daños causados por estadounidenses. El juicio actual en Lago Agrio contra Chevron-Texaco continúa el caso. Así pues, la sociedad civil recurre a veces a acciones legales y en otros a la acción directa (preferiblemente no violenta), como en Intag, Ecuador, donde se logró parar a la empresa japonesa que pretendía extraer mineral de cobre ¿Por qué no combinar todas las posibilidades de actuación?

Hay actualmente conflictos por la extracción de níquel en Nueva Caledonia, mientras que la isla de Nauru en el Pacífico quedó destruida por la rapiña de los fosfatos. La economía mundial no se "desmaterializa". Al contrario. Se saca siete veces más carbón en el mundo hoy que hace cien años, y muchísimo más petróleo. A veces, se trata de insumos esenciales para la economía, en otras de productos superfluos. Los consumidores de oro o de camarones importados no saben ni quieren saber de dónde viene lo que compran.

Los pasivos ambientales

Supongamos que una compañía minera contamina el agua en una aldea de la India. Las familias no tienen otro remedio que abastecerse del agua de los arroyos o de los pozos. El salario rural es un euro al día, un litro de agua en envase de plástico cuesta 20 céntimos de euro. Si los pobres han de comprar agua, todo su salario se iría simplemente en agua. Asimismo, si no hay leña o estiércol seco como combustibles, al comprar gas licuado de petróleo (GLP), como preferirían, gastarían el salario semanal de una persona para adquirir un cilindro de 14Kg. La contribución de la naturaleza a la subsistencia humana no es crematística sino de subsistencia. Sin agua, leña y estiércol, y pastos para el ganado, la gente empobrecida simplemente se muere.



Hay otros conflictos por residuos producidos en los procesos de producción. ¿Quién responde de esos pasivos ambientales? La contabilidad de las empresas no suele incluir esas deudas ecológicas. ¿Cuánto debe Repsol-YPF por su pasivo ambiental y social en territorio mapuche de la Argentina? ¿Cuánto debe Dow Chemical - Unión Carbide por los daños en Bhopal en 1984? ¿Cuánto debe la Dow Chemical, otra vez, por los casos de esterilidad de trabajadores de plantaciones bananeras en Honduras, Costa Rica, Ecuador?

Aquí los Estados tienen un papel que jugar, modificando las normas de la contabilidad oficial, no sólo para que las empresas hagan frente a sus pasivos ambientales sino también en el ámbito macroeconómico donde la contabilidad del PIB pudorosamente oculta mucho más de lo que enseña. Ni la contabilidad empresarial ni la contabilidad macroeconómica estatal restan los "pasivos ambientales". Es decir, si la economía creció al cinco por ciento, de acuerdo, pero que se explique cómo ha aumentado la contaminación, qué ha pasado con los ríos, con los bosques, con la salud de los niños. Hay protestas sociales debido a que la economía estropea la naturaleza, aunque otras veces (como con las emisiones de dióxido de carbono) las protestas y reclamos de las deudas ecológicas son aún insuficientes. A veces, los afectados serán generaciones futuras que no pueden protestar porque aún no han nacido, o unas ballenas o tiburones que tampoco van a protestar. Pero otras, los desastres ecológicos afectan a personas actuales, que protestan o que podrían protestar. Son luchas por la Justicia Ambiental.

Hay lugares donde se plantan miles de hectáreas de pino para capturar dióxido de carbono europeo como en el proyecto FACE en los páramos del Ecuador, donde algunas comunidades empiezan a protestar, porque no pueden comer los pinos, no pueden sembrar ni poner ganado, el pino agota el agua que hay en los páramos, además, si hay un incendio, el contrato les obliga a replantar.

Hay quien cree que son protestas NIMBY (no en mi patio) cuando son manifestaciones locales del movimiento internacional por la justicia ambiental. Por ejemplo, la red Oilwatch nació en 1995 de experiencias en Nigeria y Ecuador. Por ejemplo, la red Mines and Communities nació en el 2004. Mientras los Estados se reúnen en conferencias en ocasiones inútiles, la sociedad civil construye sus redes internacionales. Creo que de las protestas, de las resistencias es de donde van a nacer las alternativas. Éstas no van a nacer de ningún partido político que determine la línea correcta ni de ningún gobierno aunque sea inicialmente bienintencionado.

Valores inconmensurables

En esos conflictos ambientales por extracción o transporte de materias primas, por contaminación local o regional, comprobamos el uso de diversos lenguajes. Puede ser que el Estado y las empresas quieran imponer el lenguaje económico, diciendo que se hará un análisis costo-beneficio con todas las externalidades traducidas a dinero, y además se hará una evaluación de impacto ambiental, y que así se va a decidir si se construye una represa conflictiva o se abre una mina. Pero puede ocurrir que los afectados, aunque entiendan ese lenguaje económico y aunque piensen que es mejor recibir alguna compensación económica que ninguna, sin embargo acudan a otros lenguajes que están disponibles en sus culturas. Pueden declarar, como hicieron los U'Wa en Colombia frente a Occidental Petroleum, que la tierra y el subsuelo eran sagrados y que "la cultura propia no tiene precio". En un conflicto ambiental se despliegan valores muy distintos, ecológicos, culturales, de subsistencia de las poblaciones, y también valores económicos. Son valores que no son conmensurables. Imponer el lenguaje económico es una forma de ejercicio del poder.

Todo necio confunde valor y precio. ¿Valen las consultas populares, que apelan a la democracia local? ¿Vale el lenguaje de la sacralidad? ¿Valen los valores ecológicos solamente si se traducen a dinero, o valen por sí mismos, en sus propias unidades de biomasa y biodiversidad? ¿Vale argumentar en términos de la subsistencia, salud y bienestar humanos directamente, o hay que traducirlos a dinero? Son preguntas que nacen de la observación y participación en conflictos ambientales en diversos lugares del mundo. El Estado cree tener poder para excluir algunos lenguajes de valoración pero la sociedad civil frecuentemente no acata ese poder. http://www.ecoportal.net/


Nota:
Joan Martinez Alier es ecologista, experto en temas ambientales y del desarrollo. Este artículo ha sido publicado originalmente en el nº 13 de la revista ecuatoriana Entre Voces, septiembre-octubre de 2007 y en Revista Pueblos

http://www.ecoportal.net/content/view/full/74513/



Ecología, Ecologismo y Medio Ambiente

RESUMEN

En el presente artículo se aspira a delimitar los términos más usados en la temática del Medio Ambiente y la Ecología, porque muchos educadores hacen Educación Ambiental bajo la denominación de Ecología o al contrario, pretende además demostrar que tras una confusión de definiciones lo que interesa es la acción.


PALABRAS CLAVE: Ecología, ecologismo, ambiente.

Comencemos por el inicio, antes de que el hombre (Homo sapiens) apareciera en la tierra, la naturaleza se mantenía en una continua evolución (cambio) y adaptación, no existía la contaminación, no había desastres naturales así explotara un volcán. Con la aparición del hombre como especie pensante, se empezaron a dominar algunos fenómenos naturales, lo que le trajo una ventaja sobre las demás especies y aumentó el número de su población como una respuesta lógica a los procesos de selección natural, el incremento en la población creó la necesidad de sistemas de desarrollo que proporcionara alimento, habitación y seguridad a los hombres. Cuando las poblaciones son pocas los daños ambientales son mínimos, pero los sistemas de desarrollo actuales ejercen un efecto dañino sobre el medio ambiente, en algunos casos de tipo reversible en otros sin posibilidad de retorno.

Si pudiéramos viajar al pasado y situarnos en la selva amazónica hace 2 millones de años, podríamos realizar estudios ecológicos, tendríamos la oportunidad de observar las relaciones entre los seres de la naturaleza y el medio, pero lo que no podíamos hacer es Educación Ambiental, no habría a quien educar, no existen impactos ambientales ni conductas destructoras del medio en los habitantes de estos lugares. Comprendiendo este ejemplo, hallamos la diferencia entre Ecología y Educación Ambiental.

Los términos Ecología y Ambientalismo se usan en algunos casos de una manera indiscriminada, cuando se trata de hablar sobre las relaciones del hombre con la naturaleza, cuando aplica sus modelos de desarrollo, es así, que decimos que vamos a hacer la campaña ecológica de no arrojar basuras al suelo, que tal fabrica atenta contra la ecología del río, que los políticos se tildan de ecólogos cuando favorecen leyes de protección para el medio ambiente.

Afortunadamente, cada día más, la ciudadanía se hace más consciente de la necesidad de proteger y conservar el medio ambiente, como única garantía de poder perdurar en la tierra. Esto obliga a una clarificación de conceptos que permita adelantar acciones en este sentido.

"La confusión que no deja de ser humorística, tiene connotaciones significativas hasta merecer un esfuerzo de clarificación por los teóricos del tema, este esfuerzo ha sido divulgado por entidades como PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y UNESCO, en cuyos documentos se diferencian los términos. El propósito es generar un lenguaje común que posibilite análisis y discusiones más fructíferos de los temas relativos al medio ambiente, entendiendo que estos son cruciales para la humanidad" (Germán Márquez, 1.992).

A continuación, se explican los principales términos que se prestan a confusión y se orientan sobre los principales aspectos a tener en cuenta en cada área:

Se define como ambientalista al estudioso de los temas ambientales, sin importar su profesión y ocupación, que buscan desde su quehacer profesional un cambio de actitud frente a las relaciones con la naturaleza, en inglés el término "enviromentalist" significa ambientalista y es usado para los defensores y estudiosos del ambiente. El término ecologista viene del inglés "ecologist" que se utiliza para los científicos naturales (Ecólogos). La Educación Ambiental se entiende como todas las acciones educativas formales y no formales que buscan un cambio de actitud en la población para con el medio ambiente, la Ecología se define como una rama de la Biología que estudia las relaciones entre los seres vivos y el medio. Finalmente, el término ecologismo se usa para las mal interpretaciones e imprecisiones de las anteriores ciencias.


ECOLOGÍA

La Ecología se define como la ciencia que estudia las interacciones entre los seres vivos y el medio. Como ciencia se considera dentro de la Biología (Margalef, 1.968), para comprender el espacio que ocupa la Ecología en la biología debemos recurrir al concepto de organización. Se concibe la materia conformada por átomos, moléculas, células, y finalmente organismos que interactúan entre sí y con el medio. Se definen, bajo éste punto de vista, tres niveles de la Biología: Biología molecular y celular, biología organísmica y Biología de los sistemas ecológicos (poblaciones, comunidades, ecosistemas, biomas). "Por eso se ha definido la ecología como la Biología de los ecosistemas como unidades estructurales y funcionales de la naturaleza viviente; de hecho, la vida es inconcebible sin el ecosistema" (Márquez, 1.992).

No existe un sólo método ecológico, lo que en realidad existe son los métodos con que trabajan los ecólogos; existen los que trabajan en el campo haciendo observaciones minuciosas sobre el comportamiento de algún organismo, otros trabajan tratando de entender los cambios que ocurren en la naturaleza y como afectan estos cambios a los organismos; otros trabajan en condiciones controladas de laboratorio la influencia de algunos factores ambientales en el desarrollo de organismos en particular; esto nos daría para dividir esta ciencia en ecología de campo, de laboratorio, pero esta división es artificial, ya que los ecólogos utilizan cualquier campo para tratar de entender los fenómenos ecológicos. El objetivo fundamental de la Ecología es comprender el funcionamiento de un organismo en la naturaleza.

Los ecosistemas son extremadamente complejos, que tratar de conocer absolutamente todas las relaciones sería un trabajo de una labor extraordinariamente difícil. No obstante, algunos ecólogos tratan de entender el ecosistema de una forma integral, para plantear modelos que se pueden extrapolar a otros ecosistemas o situaciones similares. Los trabajos relacionados con el ecosistema se denomina Ecología descriptiva.

Cada organismo en un medio ambiente está determinado por una serie de factores ambientales, la búsqueda de estos factores que determinan o controlan en cierta forma las poblaciones de organismos en la naturaleza (factores limitantes), es uno de los objetivos de Ecología experimental. Los cambios de los organismos en el espacio y en el tiempo, observados por diferentes ecólogos, así como los diferentes modelos de frecuencia, densidad y abundancia, han permitido a otro tipo de biólogos buscar modelos teóricos que se pueden utilizar para interpretar a la naturaleza; estos modelos teóricos, que actualmente tienen un gran auge, le han dado un impulso notable a la ciencia de la ecología, ya que le permiten al ecólogo de campo, o al experimental, probar la validez de determinados modelos matemáticos para predecir fenómenos ecológicos que ocurrirán en la naturaleza. Este campo es conocido con el nombre de Ecología Teórica y ocupa un lugar muy importante en el campo de las ciencias biológicas actuales.


AMBIENTALISMO

La humanidad actual y la futura constituyen una unidad inseparable del mundo natural, pero debido a los modelos de desarrollo actuales la relación Sociedad-Naturaleza, se torna conflictiva, cada día es más crítica la situación y los daños en ambos bandos es notoria. La relación se acentúa en la utilización de los recursos naturales y la contaminación por parte del hombre y los daños que causa la naturaleza sobre las obras de hombre (o Catástrofe).

En esta macrointegración todos nos vemos comprometidos, desde los científicos que estudian los daños ambientales, hasta el ciudadano corriente, incluyendo gobernantes, gerentes, industriales, toda la sociedad es gestora y participe del conflicto. Esto quiere decir que el problema ambiental no le interesa sólo al ecólogo, sino también a la medicina, a las ingenierías, la política y a los educadores entre otros.

De esta manera, el ambientalismo, es una disciplina donde convergen muchas profesiones que intervienen en la pareja Hombre-Naturaleza. No se puede circunscribir solamente a la ecología el problema, se sale de sus límites, la ecología es un pilar fundamental del ambientalismo, pero deben intervenir otras disciplinas, no basta saber como funciona un ecosistema, debemos conocer las relaciones humanas que lo afectan para buscar alternativas de solución.


EDUCACIÓN AMBIENTAL (EA)

Todos estamos de acuerdo que educar a las generaciones futuras sobre la importancia de conocer, proteger y recuperar el medio ambiente, es la única garantía de supervivencia del hombre en la tierra. En el proceso de la EA, se debe clarificar para qué, cómo y por qué se forma un individuo; partiendo del conocimiento de los que se requieren (valores e intereses), lo que se puede (capacidades) y lo que se debe hacer (responsabilidades), tomando como referencia su problemática particular e inserta en una problemática global (familia, comunidad, región, país), resultado de las relaciones que se establecen entre las dinámicas propias de los componentes de la sociedad y de la naturaleza. Esta problemática está íntimamente relacionada con la transformación del ambiente y es lo que se llamará problemática ambiental (Torres, 1.993).

La educación ambiental aparece primero en nuestro país como cursos de ecología donde de una manera parcializada se enseñaba contaminación ambiental, la preocupación cada día cobra más valor, y son los organismos no gubernamentales que encaran éste reto desde una educación no formal, con la consagración de la Constitución Nacional, en la cual se establece el derecho a un ambiente sano se justifican las primeras acciones por parte del Ministerio de Educación, apareciendo la educación ambiental como parte del currículo de todos los niveles de educación.

La Educación Ambiental no debe convertirse en una palabra de moda, sino en un punto de partida que deberá dar cabida, cada día más, en primera instancias, los problemas regionales de protección del medio, que hasta ahora sólo se han insinuado de una forma muy discreta en nuestra comunidad.

Para abordar el tema de la EA se debe recurrir a conceptos pedagógicos y didácticos que toman nuevas características en razón al tema tratado. Así, tal como lo expresan Colon y Sureda (1.989)..."La pedagogía, pues, acepta y debe aceptar que la EA sea educación en favor del medio y, en consecuencia, cualquier proyecto educativo que se quiera integrar en las coordenadas ambientalistas debe forzosamente responder al objetivo de favorecer la naturaleza".

En tal sentido, desde la pedagogía, se ve a la EA como una ciencia que posee:

  • Una preocupación: La calidad del medio ambiente.
  • Una meta: La protección y mejora del medio.
  • Un campo: Los problemas del medio.
  • Un enfoque: La relación y la interdependencia.
  • Un medio o instrumento metodológico básico: Ejercitar la toma de decisiones.

Por otra parte, a nivel educativo, la EA en nuestra universidad se debe caracterizar por:

  1. LA INTERDISCIPLINARIEDAD. La temática requiere de la relación y de la interdependencia entre los conocimientos.
  2. EL ENCADENAMIENTO DE CAUSAS Y EFECTOS. Entender que la situación ambiental es una sucesión encadenada de causas y efectos, por lo tanto los programas no pueden ser aislados del resto del plan de estudios.
  3. EL SENTIDO GLOBAL. En relación al medio ambiente las soluciones no pueden ser solamente localistas, es necesario tener en EA una mentalidad globista y universal.
  4. EL INTERNACIONALISMO. La EA debe crear valores internacionalistas de sentido de ayuda, solidaridad, prestación, donación...
  5. EL PLANTEAMIENTO DE UNA NUEVA ÉTICA. Enfocadas principalmente en buscar unas nuevas relaciones entre hombre y naturaleza, que implique una moralidad en las acciones, como asunción total del proyecto ético que la naturaleza reclama del hombre.
  6. LA ACCIÓN. La EA debe promover la acción. Un cambio de actitudes que debe inducir a la práctica de nuevos comportamientos, de nuevas acciones.

Por lo tanto, un programa de EA no se basará sólo en la consecución de contenidos, sino en el cambio de actitudes, o en la relación hombre-naturaleza. (COLOMBIA. 1.988)

Según los planteamientos anteriores, la EA, desde la pedagogía, podría caracterizarse en función de:

  • Su propia filosofía: Favorecer la naturaleza.
  • Su programa axiológico: Inculcar una nueva ética.
  • Su objetivo: Cambiar las actitudes y ejercitar la toma de decisiones.

En educación no formal se deben diseñar cursos a distancia y/o presenciales de educación ambiental, dirigidos a toda la comunidad; en el diseño de estos cursos siempre se debe mantener la interdisciplinariedad en el abordaje del problema (el ambiente).

Las relaciones entre pedagogía y educación, por una parte y, Ecología y ambiente por otra, propicia una estructura completa de conocimiento pedagógico moderno, la que posee:

  • Un sentido ideológico formativo.
  • Un discurso científico y metodológico.
  • Una capacidad practicista.
  • Una posibilidad tecnológica.


ECOLOGISMO

Podemos acuñar este nombre de ecologismo a una serie de actividades de carácter oportunista y de poco rigor científico, frente a la problemática ambiental, tales como: El retorno a vivir en condiciones simples de relación con la naturaleza, la autarquía o autosuficiencia, la posición de algunos profesionales que creen que con poner un cartel de prohibido cazar se soluciona el problema o colocar un filtro aquí o allá, que una declaratoria de impacto ambiental como requisito formal de una licencia de explotación de un bosque, entre otras.

Estos ejemplos y otros más nos dan un ejemplo de la actitud reduccionista que algunos quieren darle al tema, es que la problemática ambiental es tan compleja que es muy fácil caer en soluciones reduccionistas e inmediatistas. Esto puede ser muy peligroso para la humanidad porque se pueden maximizar algunos problemas puntuales mientras se esconden los grandes problemas de fondo, cayendo en el viejo adagio de "lo urgente no da tiempo para lo importante".


CONCLUSIONES

Esta definición de términos no busca desfigurar ni menospreciar lo que muchos docentes realizan con sus comunidades, lo que pretende es que una vez clarificada su acción la aborde con toda la calidad que se merece, para que nuestros proyectos ambientales o la incorporación de lo ambiental en el currículo cumpla con los verdaderos objetivos y no sea simplemente por cumplir o "salvar" la conciencia ambientalista que llevan muchos docentes por dentro.

Tan importante es estudiar la composición e interacción de la naturaleza, como defender y utilizar los recursos naturales de una forma racional. Es necesario reconocer que la solución a la problemática ambiental es tarea de todos, no importa el nivel social a que pertenezcamos.

Por: Daniel Ricardo Toro C.
Magíster en Biología. Profesor Facultad de Educación. Universidad de Caldas
Fuente: http://lunazul.ucaldas.edu.co/




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miércoles, 21 de noviembre de 2007

El infierno del 2,4-D. De la guerra de Vietnam a la agricultura de guerra

por Sebastião Pinheiro - © Rel-UITA - 29 de marzo de 2004

Una de las historias más antiguas, fascinantes y desastrosas de la agricultura industrial es la del 2,4-D, un herbicida que Estados Unidos utilizó en la guerra de Vietnam y que hoy se fabrica en países del tercer mundo. Lanzado desde aviones tiene graves efectos sobre la salud de los campesinos.


La química industrial aplicada a la agricultura nació a mitad del siglo XVIII con los fertilizantes agrícolas, y simultáneamente surgió una interrogante: ¿cómo eran el metabolismo de las plantas y su funcionamiento? Así emergió la "fisiología vegetal" en la primera mitad del siglo XX en Rothamsted, California, en el Reino Unido y en Japón.

Los primeros estudios sobre las hormonas vegetales se efectuaron en Estados Unidos sobre semillas de avenas y se aislaron auxinas naturales. En Japón, entretanto, los científicos estudiaron plántulas de arroz enfermas y aislaron el ácido giberélico. Después vinieron el etileno, las cinetinas y citocininas.

En dosis muy diluidas (en concentraciones de 1/10.000.000 ppm., esto es, una en diez millones de partes) estas hormonas conseguían provocar el crecimiento de algunas partes de las plantas, favorecían el enraizamiento, una mayor masa foliar, frutos más grandes, alargamiento de los ramilletes y cosechas superiores. Cuando la dosis se aumentaba por encima de las 5 ppm. la sustancia destruía y mataba a las plantas, principalmente a los cultivos de familias diferentes a los cereales de los cuales era extraída.

Obviamente, su extracción de forma natural era tan cara que hacía inviable su utilización, pero estos descubrimientos abrieron el camino a la obtención de productos industriales sintéticos que, aplicados a los cultivos de cereales, permitieron controlar el crecimiento exponencial que experimentaban algunas plantas adventicias como consecuencia de la destrucción de la estructura de los suelos agrícolas con la fertilización química y la mecanización intensificada (tractores y sus herramientas). La etapa siguiente era entonces sintetizar sustancias que tuvieran una acción similar a aquellas utilizadas para su producción industrial.

En el escenario de la Primera Guerra Mundial, y estimulados por el uso de armas químicas por parte de los militares alemanes, los científicos ingleses se anotaron una gran victoria que los puso al frente en la carrera químico-bélica: inventaron la molécula química del Metil-Cloro-Phenoxi-Acético, que recibió la sigla MCPA y que tiene la siguiente fórmula.

C9H9ClO3

A comienzos de la Segunda Guerra Mundial la aviación nazi (Luftwaffe) lanzó un violento ataque sobre las instalaciones militares de investigación biológica y química de la Imperial Chemistry Industries -ICI-, ubicada en las proximidades de Londres, donde se estaba preparando un arma biológica con Bacillus antracis. Es previsible el odio que provocaba en los alemanes imaginar a sus tropas atacadas por una enfermedad de los caballos, y el júbilo y la propaganda de los británicos al lograrlo. El ataque mató a más de cinco mil investigadores, lo que motivó el traslado de los sobrevivientes y sus trabajos a Canadá y a Fort Derrick, en Estados Unidos. Los ingleses pensaron en rociar MCPA sobre las plantaciones alemanas de papas y remolacha azucarera, porque además de ser un alimento estratégico estos cultivos representaban también la base para la producción de combustible para las bombas voladoras V1, 2 y V9 que atormentaban y masacraban a la población londinense.

Trabajando sobre la molécula británica de MCPA, y haciéndole honor a su reputación de pragmatismo, los estadounidenses buscaron bajar los costos y aumentar la eficiencia del herbicida de uso militar, y descubrieron que sustituyendo el metil (M) por una molécula de Cloro obtenían el Cloro-Cloro-Phenoxi-Acético, que es 20 por ciento más eficiente que su predecesor.

C8H6Cl2O3


Su fórmula permite ver que los átomos de Cloro están colocados sobre las posiciones 2 y 4, por lo que su nombre completo pasó a ser 2,4 Diclorofenoxiacético, luego reducido al conocido 2,4-D, que se volvió un secreto militar tan resguardado como el Proyecto Manhattan que desarrolló la bomba atómica.

Las investigaciones continuaron, y se descubrió algo todavía más fantástico: cuando se agregaba un tercer átomo de cloro en la posición 5 se obtenía un producto –el 2,4,5 Triclorofenoxiacético– que actuaba en árboles de gran porte matándolos en pocos días, habilitando su combustión en grandes incendios propiciados por objetivos militares.

C8H5Cl3O3

En mayo de 1945 dos navíos cargueros militares estadounidenses repletos de 2,4-D –con el código LN9– y de 2,4,5-T –con el código LN12– amarraron en las Islas Marianas, en el Pacífico, próximas a Japón, para decidir la guerra. Pero el macabro éxito de las bombas nucleares anticipó el desenlace e impidió el uso de estas armas biológicas.

Inmediatamente, la Dow Chemical, junto con las ICI británicas y otras empresas, lanzaron el herbicida 2,4-D para su uso en los campos de cereales como el trigo, el maíz, la cebada, el centeno y el sorgo. Las plantas adventicias se transformaron en "hierbas dañinas" y los herbicidas pasaron a ser "tecnociencia" para controlarlas, sistema después enseñado en las universidades con gran empeño.

En las áreas tropicales también se comenzó a usar la mezcla de 2,4-D y 2,4,5-T para la destrucción de bosques y florestas, permitiendo el avance de la frontera agrícola sobre esas zonas.

En pocas décadas, la línea de herbicidas surgida con posterioridad al nuevo ordenamiento internacional acordado en la Ronda Uruguay del antiguo GATT –actual OMC– pasó a ser el mayor insumo utilizado en la agricultura en función de su capacidad para sustituir mano de obra. La fascinación de profesionales y estudiantes por esta metodología se explica por el poder que confiere controlar el nacimiento, crecimiento y multiplicación de las plantas. Su utilización exige una versatilidad de conocimientos.

Algunos profesores de herbicidas en América Latina –de mala formación académica e intelectual– dicen en público que el 2,4-D y el 2,4,5-T son hormonas naturales de las plantas, y que por eso serían inocuos o seguros desde el punto de vista toxicológico, lo que constituye un disparate absoluto. Antes bien, uno de los secretos industriales sobre los herbicidas fenoxiacéticos es que durante su síntesis forman impurezas químicas de altísimo poder tóxico. Esto fue descubierto en Filipinas, Malasia, Singapur, Rodesia Oriental (actual Zambia) y Rodesia Occidental (actual Zimbawe), durante y poco después de la Segunda Guerra Mundial, cuando estos países fueron escenario de guerras de liberación nacional.

Aunque estas impurezas aún no tuviesen nombre, eran conocidas como sustancias X. En prevención de desastres industriales, en Europa se procuró establecer controles sobre ellas, atendiendo severamente a la temperatura y la presión de los procesos de síntesis.

Desde el punto de vista militar, los controles sobre estas impurezas también fueron incrementados. Durante la guerra de Vietnam estas armas fueron empleadas como agentes coloridos para el control de la vegetación (plantaciones de arroz, selvas, manglares, vegetación de alta montaña, de serranías y bosques pluviales). En cada una de estas vegetaciones era necesario aplicar una formulación de los mencionados herbicidas, con el agregado de un nuevo producto denominado Picloram, cuyo nombre comercial era "Tordon".


Para facilitar la identificación, sus embalajes fueron coloreados:

White Agent –
Agente Blanco, 2,4-D y Picloram (destrucción de arrozales);

Purple Agent –
Agente Púrpura, Picloram (destrucción de serranías);

Blue Agent –
Agente Azul, Picloram y 2,4,5-T (destrucción de bosques de montaña);

Green Agent –
Agente Verde, 2,4,5-T en gas-oil (destrucción de manglares);

Orange Agent –
Agente Naranja, 2,4-D y 2,4,5-T (destrucción de bosques pluviales).


La operación militar de aplicación de estos desfoliantes recibió el nombre de Ranch Hand. El producto más utilizado fue el agente naranja, y el más contaminador fue el agente verde, que contenía hasta 63 ppm. de TCDD Doxinas.

Desde 1962 hasta el fin de la guerra de Vietnam se emplearon más de 62 millones de galones (240 millones de litros) con la finalidad de destruir la cobertura vegetal que impedía a los sensores electrónicos enterrados a lo largo de la carretera Ho Chi Min trasmitir datos que permitieran ubicar los escondites de los vietcongs.

Tras la derrota de Estados Unidos y el fin de la guerra sobraron 30 millones de litros de estos productos, que fueron vendidos a Brasil, Bolivia, Colombia y Venezuela para su distribución comercial entre los ganaderos, quienes, a su vez, los utilizaron en la deforestación. El empleo de estas sustancias en la Amazonia trajo un problema mayor, ya que sobre la selva desecada se provocaban enormes "quemas", generando la formación de grandes cantidades de dioxinas y furanos.

Las empresas dejaron de fabricar estos productos luego del desastre ambiental de julio de 1976 en Seveso, Italia, donde se produjeron fugas de Triclorofenol y Hexaclorofeno. En los años 80, el 2,4,5-T fue definitivamente quitado del mercado por presentar mayor potencial de formación de dioxinas que el 2,4-D. Este último en cambio, sigue siendo utilizado, y de manera creciente, pues el nuevo orden de la OMC impide que las leyes nacionales controlen el libre comercio internacional de herbicidas. Las fábricas de 2,4-D fueron transferidas de Estados Unidos y Europa hacia los países en desarrollo. En la actualidad, los grandes fabricantes se encuentran en China, Taiwán, México, Brasil, Argentina e Indonesia, donde la calidad de estos productos es inferior a los similares que antes se fabricaban en el Norte.

En los países donde se continúan utilizando se observan impactos toxicológicos en aumento sobre los agricultores y agricultoras. Es particularmente grave la situación en los arrozales, sobre los cuales el veneno es descargado desde aviones. Las pequeñas gotitas que caen desde el aire son llevadas por los vientos hasta a 100 kilómetros de distancia; como la sustancia es hormonal, impacta en cultivos frutícolas, hortícolas y todo tipo de plantaciones. Desde el punto de vista toxicológico, las formulaciones actuales son mucho más peligrosas que las anteriores, por su nivel de contaminación de síntesis y por su forma de aplicación: una pequeña gota, bajo la acción del calor y los rayos ultravioletas, incrementa sus dosis de impurezas, lo que aumenta exponencialmente su toxicidad al transformarse en 2,4-Diclorophenol (2,4-DP), de mayor impacto tóxico por su carácter lipofílico.

Los trabajadores de las arroceras padecen, por ejemplo, de diabetes transitoria, ataques a hígado y riñones, desequilibrio hormonal, fiebres intermitentes, abortos, hipertensión y, principalmente, cáncer de todo tipo.

Investigaciones sobre el uso de desfoliantes en Tucuruí, en la Amazonia, demostraron que las personas de etnia africana tienen mayor sensibilidad a estos productos, con compromiso de los riñones (orinan color coca cola). Nuestro libro "Tucuruí: el agente naranja en una república de bananas" incluye una cronología detallada de los impactos toxicológicos de estos herbicidas desde la época de la guerra de Vietnam, pasando por la represa hidroeléctrica de Tucuruí hasta la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. El máximo tribunal del país norteamericano condenó a las empresas que producían estos herbicidas para las fuerzas armadas, pues muchos soldados que habían pasado por Vietnam morían de cáncer, al tiempo que sus hijos y nietos nacen, aun 40 años después del fin de la guerra, con enfermedades cancerígenas y malformaciones producidas por la contaminación por este tipo de herbicidas. Todavía hoy, los índices de cáncer en Vietnam no tienen relación alguna con los de otras regiones del planeta, y seguirán siendo absurdamente elevados durante por lo menos 60 años más, el lapso que podrían llegar a durar las dioxinas estadounidenses en suelo de este país asiático.
Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina

martes, 20 de noviembre de 2007

Cambio Climático: ¿Qué es lo que pasa?

La temperatura media de la superficie terrestre ha subido más de 0,6oC desde los últimos años del siglo XIX. Se prevé que aumente de nuevo entre 1,4oC y 5,8oC para el año 2100, lo que representa un cambio rápido y profundo. Aun cuando el aumento real sea el mínimo previsto, será mayor que en cualquier siglo de los últimos 10.000 años.

La razón principal de la subida de la temperatura es un proceso de industrialización iniciado hace siglo y medio y, en particular, la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo, gasolina y carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola.

Estas actividades han aumentado el volumen de "gases de efecto invernadero" en la atmósfera, sobre todo de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Estos gases se producen naturalmente y son fundamentales para la vida en la Tierra; impiden que parte del calor solar regrese al espacio, y sin ellos el mundo sería un lugar frío y yermo. Pero cuando el volumen de estos gases es considerable y crece sin descanso, provocan unas temperaturas artificialmente elevadas y modifican el clima. El decenio de 1990 parece haber sido el más cálido del último milenio, y 1998 el año más caluroso.

El cambio climático puede tener consecuencias nefastas: nos lo podrían confirmar los dinosaurios, si no se hubieran extinguido. La teoría dominante es que no sobrevivieron cuando un meteorito gigante se estrelló contra la Tierra hace 65 millones de años, levantando tal cantidad de polvo en la atmósfera que la luz solar se vio fuertemente reducida, las temperaturas bajaron precipitadamente, muchas plantas no pudieron crecer y la cadena alimentaria se desintegró.

Lo que ocurrió a los dinosaurios es un claro ejemplo de cambio climático más rápido que el que el ser humano está ahora infligiéndose a sí mismo... pero no el único. Las investigaciones sobre los núcleos de hielo y los sedimentos lacustres revelan que el sistema climático ha sufrido otras fluctuaciones abruptas en el pasado lejano: parece que el clima ha tenido "puntos de inflexión" capaces de generar fuertes sacudidas y recuperaciones. Aunque los científicos están todavía analizando lo que ocurrió durante esos acontecimientos del pasado, es claro que un mundo sobrecargado con 6.300 millones de personas es un lugar arriesgado para realizar experimentos incontrolados con el clima.

Según las previsiones, la actual tendencia hacia el calentamiento provocará algunas extinciones. Numerosas especies vegetales y animales, debilitadas ya por la contaminación y la pérdida de hábitat, no sobrevivirán los próximos 100 años. El ser humano, aunque no se ve amenazado de esta manera, se encontrará probablemente con dificultades cada vez mayores. Los graves episodios recientes de tormentas, inundaciones y sequías, por ejemplo, parecen demostrar que los modelos informáticos que predicen "episodios climáticos extremos" más frecuentes están en lo cierto.

El nivel del mar subió por término medio entre 10 y 20 centímetros durante el siglo XX, y para el año 2100 se prevé una subida adicional de 9 a 88 cm (la subida de las temperaturas hace que el volumen del océano se expanda, y la fusión de los glaciares y casquetes polares aumenta el volumen de agua). Si se llega al extremo superior de esa escala, el mar podría invadir los litorales fuertemente poblados de países como Bangladesh, provocar la desaparición total de algunas naciones (como el Estado insular de las Maldivas), contaminar las reservas de agua dulce de miles de millones de personas y provocar migraciones en masa.

Según las previsiones, los rendimientos agrícolas disminuirán en la mayor parte de las regiones tropicales y subtropicales, pero también en las zonas templadas si la subida de la temperatura es de más de unos grados. Se prevé también un proceso de desertificación de zonas continentales interiores, por ejemplo el Asia central, el Sahel africano y las Grandes Llanuras de los Estados Unidos. Estos cambios podrían provocar, como mínimo, perturbaciones en el aprovechamiento de la tierra y el suministro de alimentos. La zona de distribución de enfermedades como el paludismo podría ampliarse.

El calentamiento atmosférico es un problema "moderno": es complicado, afecta a todo el mundo y se entremezcla con cuestiones difíciles como la pobreza, el desarrollo económico y el crecimiento demográfico. No será fácil resolverlo. Ignorarlo, sería todavía peor.

Hace más de un decenio, la mayor parte de los países se adhirieron a un tratado internacional –la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático– para comenzar a considerar qué se puede hacer para reducir el calentamiento atmosférico y adoptar medidas para hacer frente a las subidas de la temperatura que sean inevitables. El 1997, los gobiernos acordaron incorporar una adición al tratado, conocida con el nombre de Protocolo de Kyoto, que cuenta con medidas más enérgicas (y jurídicamente vinculantes). Se prevé que el Protocolo entre en vigor en breve plazo. Y, desde 1988, un Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático ha examinado las investigaciones científicas y ofrecido a los gobiernos resúmenes y asesoramiento sobre los problemas climáticos.

Fuente:UNFCC